El trabajador es el gran damnificado de la crisis. Todos los derechos establecidos por la lucha de muchos antepasados trabajadores y sindicalistas durante muchos años se borran de un plumazo. Las empresas también sufren, sobretodo la pequeña y mediana empresa, muchas de ellas desprotegidas. Eso si las grandes empresas y las multinacionales están más protegidas por los políticos que no dudan en gastar dinero público para salvarlas. Al parecer no sólo existe una desigualdad social, sino también empresarial.
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