Después del desastroso gobierno socialista de Zapatero y adelantadas las elecciones generales, donde estaba claro que iba a ganar el PP porque el sistema bipartidista hace de la política española un partido de tenis, pensaba que el candidato Rubalcaba estaba ahí como último gran servicio de partido. O sea se, que lo iban a quemar en la derrota para posteriormente sacar un candidato joven y con ideas nuevas que se curtiese durante los próximos cuatro años de durísimo y dificilísimo mandato del Partido Popular. Pues ahí estamos, en todo lo contrario. Rubalcaba amarrado a su puesto y desde el interior del partido tirándole puyitas a diestro y siniestro.
Hace poco leí un artículo de una corresponsal alemana en España, y daba en el clavo de los problemas de la sociedad española: la oligarquía política española, o lo que ultimamente se viene denominando "la casta".
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