Hace unos días en la televisión en una entrevista estelar en la que empezó a repartir estopa, sobretodo contra su sucesor, Mariano Rajoy. Apareció en plan mesías dejando entre ver un retorno si la cosa se ponía más fea, pues él tenía la clave de los problemas. Qué susto. Lo mejor que podían hacer los ex-presidentes es estar callados, bueno lo mejor es que tuvieran dignidad y renunciasen a su super paga. Pero de eso ya hablaremos otro día. Pues eso, la opinión pública no está lo suficientemente quemada con la casta política, para que encima los antiguos vuelvan.
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